Historia de la farmacia

La Farmacia Bajamar abrió sus puertas por primera vez el 16 de julio de 1964, coincidiendo con la festividad de la Virgen del Carmen. El pueblo, tres calles principales asomadas al mar donde vivían unos cientos de personas, estaba experimentando una profunda transformación que se prolongará durante la década siguiente, tiempo en el que abren cuatro hoteles.

Al frente de la farmacia se encuentra un matrimonio de jóvenes licenciados, canario y leonesa que, como tantos boticarios rurales, ubican su vivienda sobre la farmacia recién inaugurada convencidos de que su labor sanitaria se funda en la proximidad. Pronto establecen un servicio pionero de extracción de muestras de sangre que todas las mañanas se trasladan al Laboratorio Wildpret del Puerto de la Cruz, donde el farmacéutico de Bajamar, Antonio Padilla, es socio analista.

Autor: Efraín Pintos

La llegada del turismo trajo cambios. La farmacéutica, Julia de Felipe, hablaba francés, pero pronto todo el equipo se familiarizó con el alemán, atendiendo a pacientes con peticiones específicas de sus países de origen, siempre en el empeño de ofrecer una atención individual.

Esos primeros años definieron los principios que han guiado la labor de la Farmacia Bajamar: un trato próximo para ofrecer servicios y productos basados en el conocimiento actualizado, atendiendo a las necesidades específicas de cada persona en un mundo global.

Historia de Bajamar

Bajamar cuenta con población estable al menos desde principios del siglo XVI cuando se establecen aquí las familias que talan la arboleda de las faldas de la montaña de Isogue por encargo de su propietario, el mercader lombardo residente en La Laguna Juan Jácome de Carminiatis. Los años siguientes servirán para consolidar el poblamiento a medida que se roturan tierras para cultivar viña y cereal.

En 1628, Maria de Vargas funda junto al barranco que lleva el nombre de su familia la ermita de San Juan. Otras dos ermitas se construirán en los años siguientes, pero solo la más antigua se mantiene en pie.

Colección Carlos García

Colección Carlos García

La amenaza de un desembarco británico llevó a la construcción en 1771 de un fortín sobre un talud asomado a la playa del Castillo dotado de tres cañones y ocho fusiles. El llamado Castillo de Bajamar resultó destruido durante el temporal que asoló la isla el 7 de noviembre de 1826. Por entonces, Nelson y Napoleón habían muerto, y el fortín nunca se reconstruyó.

Atraídas por sus piscinas naturales, las familias acomodadas de La Laguna eligieron Bajamar como lugar de descanso desde principios del siglo XX. En 1921, una suscripción popular recaudó los fondos necesarios para acondicionar parte de las piscinas y facilitar su uso. La inauguración del Hotel Neptuno en 1961 y su elección como sede de la primera Escuela de Turismo de Canarias marcará el principio de la etapa más reciente de Bajamar en la que la población de Bajamar se ha multiplicado por diez en cuarenta años.

EQUIPO HUMANO

Julia de Felipe

Licenciada en Farmacia

Andrés Padilla

Graduado en Farmacia

Judit Évora

Licenciada en Farmacia

Laura Aragonés

Licenciada en Farmacia

Dácil Rodríguez

Técnica de Farmacia

Andrés Andreo

Licenciado en administración y Dirección de empresas

Julia de Felipe

Licenciada en Farmacia

Andrés Padilla

Graduado en Farmacia

Judit Évora

Licenciada en Farmacia

Laura Aragonés

Licenciada en Farmacia

Dácil Rodríguez

Técnica de Farmacia

Andrés Andreo

Licenciado en Administración y Dirección de empresas

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